Hoy quiero hacerme eco de un suceso acaecido hace 14 años en un pueblecito de Italia y que hoy publica el elmundo.es.Noceto, es una pequeña población del norte de Italia que en 1996 tuvo que asistir al sepelio de un niño de 12 que se ahorcó influenciado por las imágenes que vio en la televisión. Lleno de dudas por no saber distinguir la realidad de la ficción quiso comprobar realmente si se sufría cuando un cuerpo era ahorcado.
Desde entonces el pueblo de Noceto convierte el mes de Mayo en un mes sin televisión, donde se programan actividades lúdicas, "Tras este episodio tan dramático, sentimos la necesidad de hacer algo por nuestros chavales, de lanzar un mensaje fuerte e incisivo", cuenta Fabio Fecci, alcalde de Noceto. Y, en ese sentido, desde hace 14 años, todas las primaveras el Ayuntamiento pone en marcha un extenso programa de actividades infantiles (teatro, danza, deportes, talleres de pintura, cuentacuentos...) con el objetivo de desintoxicar a los niños de la tele.
Hará unas semanas cayó en mis manos un artículo del Dr. Joan Costa, Comunicólogo, diseñador, sociólogo e investigador de la comunicación visual. Públicamente manifiesto mi respeto y reconocimiento profesional y mis palabras, no son inicio de una discusión. Pero en mi condición de comunicador y obligado a leer entre lineas y a ver más allá del texto, lei con avidez y desmenuzando las palabras y encontré una afirmación con la que no estoy nada de acuerdo.
El Dr. Costa afirma en su artículo en FOROALFA que:
«La acción comunicativa es intercambio. Con independencia de cuál sea el carácter, la dimensión, la veracidad y el valor de lo que se intercambia. El instrumento comunicativo es neutro...»
El texto en si podría parecer inicuo pero la afirmación “el instrumento comunicativo es neutro” me hizo parar la lectura y releerla varias veces.
Me llama mucho la atención esta afirmación, de la que debo declararme contrario, con todos mis respetos al Dr. Costa, ya que si en algo un comunicador es un professional en los medios es porque se nos enseña a distinguir los diferentes medios comunicativos y reconocer que el medio nunca es neutro. Sobre todo si recordamos las palabras de Mcluhan afirmando que “el medio es el mensaje”
«La información es lo que circula en el acto de comunicación por los canales humanos y técnicos. En tanto que ellos son instrumentos de socialización, son neutros».
De ningún modo podemos afirmar que los canales «humanos y técnicos» por los cuales circulan nuestros mensajes son «neutros». Los canales hacen que el mensaje se adapte a ellos, se «amolde», cambie en definitiva. Pensar un único mensaje para una multiplicidad de medios sería tanto como decir que cada medio es igual a los demás; cuando es fácil comprobar que no tiene las mismas exigencias un mensaje elaborado para publicidad, que uno pensado para la radio u otro destinado a la televisión.
Desgraciadamente comprobamos casi todas las semanas el gran poder de influencia que tiene la television. Jóvenes que quieren salvar al mundo, que quieren vengarse de sus opresores, castigar a sus castigadores, o lo peor de todo matar a los que les rodean. La television sitiene un papel muy inportante en la educación de las nuevas generaciones y algunos nos preguntamos si estamos dando los contenidos adecuados.
¿De quién es la culpa? De los canales, de los programadores, de los producctores, de los educadores, de los padres, de los propios jóvenes. Tal vez de todos, cada unos en su faceta. No pretendo culpabilizar a nadie, pero como padre, educador, productor y comunicador, me siento responsable de la educación de mis hijos y de sus amigos. No creemos que deberíamos reflexionar un poco sobre esta situación, tal vez no prohiviendo la television pero si enseñando a ver la de una manera más responsable.
Una escritora norteamericana del siglo XIX, Elena H. de White ya habló de las avenidas del alma como las Fuentes del crecimiento del ser humano. Tal vez ella diría que estas avenidas, hoy en día, están contaminadas con el odio, la violencia, el desprecio, el abuso, que los seres humanos ejercen sobre otros seres humanos. Se han perdido los valores, se ha perdido el amor, se ha perdido la solidaridad. Te parece poco empezar a defender los valores implantados en el corazón del hombre desde su creación. Y lógicamente porque no utilizar un buen contenido para televisión.
Hará unas semanas cayó en mis manos un artículo del Dr. Joan Costa, Comunicólogo, diseñador, sociólogo e investigador de la comunicación visual. Públicamente manifiesto mi respeto y reconocimiento profesional y mis palabras, no son inicio de una discusión. Pero en mi condición de comunicador y obligado a leer entre lineas y a ver más allá del texto, lei con avidez y desmenuzando las palabras y encontré una afirmación con la que no estoy nada de acuerdo.
El Dr. Costa afirma en su artículo en FOROALFA que:
«La acción comunicativa es intercambio. Con independencia de cuál sea el carácter, la dimensión, la veracidad y el valor de lo que se intercambia. El instrumento comunicativo es neutro...»
El texto en si podría parecer inicuo pero la afirmación “el instrumento comunicativo es neutro” me hizo parar la lectura y releerla varias veces.
Me llama mucho la atención esta afirmación, de la que debo declararme contrario, con todos mis respetos al Dr. Costa, ya que si en algo un comunicador es un professional en los medios es porque se nos enseña a distinguir los diferentes medios comunicativos y reconocer que el medio nunca es neutro. Sobre todo si recordamos las palabras de Mcluhan afirmando que “el medio es el mensaje”
«La información es lo que circula en el acto de comunicación por los canales humanos y técnicos. En tanto que ellos son instrumentos de socialización, son neutros».
De ningún modo podemos afirmar que los canales «humanos y técnicos» por los cuales circulan nuestros mensajes son «neutros». Los canales hacen que el mensaje se adapte a ellos, se «amolde», cambie en definitiva. Pensar un único mensaje para una multiplicidad de medios sería tanto como decir que cada medio es igual a los demás; cuando es fácil comprobar que no tiene las mismas exigencias un mensaje elaborado para publicidad, que uno pensado para la radio u otro destinado a la televisión.
Desgraciadamente comprobamos casi todas las semanas el gran poder de influencia que tiene la television. Jóvenes que quieren salvar al mundo, que quieren vengarse de sus opresores, castigar a sus castigadores, o lo peor de todo matar a los que les rodean. La television sitiene un papel muy inportante en la educación de las nuevas generaciones y algunos nos preguntamos si estamos dando los contenidos adecuados.
¿De quién es la culpa? De los canales, de los programadores, de los producctores, de los educadores, de los padres, de los propios jóvenes. Tal vez de todos, cada unos en su faceta. No pretendo culpabilizar a nadie, pero como padre, educador, productor y comunicador, me siento responsable de la educación de mis hijos y de sus amigos. No creemos que deberíamos reflexionar un poco sobre esta situación, tal vez no prohiviendo la television pero si enseñando a ver la de una manera más responsable.
Una escritora norteamericana del siglo XIX, Elena H. de White ya habló de las avenidas del alma como las Fuentes del crecimiento del ser humano. Tal vez ella diría que estas avenidas, hoy en día, están contaminadas con el odio, la violencia, el desprecio, el abuso, que los seres humanos ejercen sobre otros seres humanos. Se han perdido los valores, se ha perdido el amor, se ha perdido la solidaridad. Te parece poco empezar a defender los valores implantados en el corazón del hombre desde su creación. Y lógicamente porque no utilizar un buen contenido para televisión.
Fuente: Antonio Lerma
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