Ya no hace falta una radio para escuchar la radio

Ya no hace falta un transistor para sintonizar una emisora. A través del ordenador, el móvil o el iPad también es posible escucharla, elegir la hora de cada programa... e incluso ver a los invitados.
Antes que la nevera, llegó a las casas la radio. Alcanzada la madurez, el medio vive ahora una segunda adolescencia gracias a la tecnología, que ha subido el sonido de las ondas par

a que se escuchen más allá de los transistores de siempre. En el ordenad

or, en la red, en el móvil, en el reproductor iPod y ahora también en el iPad. La radio se pone las pilas... o el cargador. «Su futuro está en el móvil, la gente joven se baja programas de Internet y se los intercambia con amigos a través del teléfono. Todo lo que sean nuevos soportes es positivo», apunta Arantxa Gutiérrez, profesora de Radio en la Universidad del País Vasco.
Ya no hace falta madrugar para escuchar 'Anda ya' en Los 40 principales o a Luis del Olmo y a sus 'Protagonistas' de Punto Radio. Los locutores siguen madrugando, pero los oyentes pueden escucharles cuando quieran. Porque las palabras ya no se las lleva el viento: quedan grabadas en 'podcast', archivos de audio con el programa entero o troceado -por secciones- que se pueden descargar de Internet con un simple 'clic' y reproducirlos a placer. De momento, los 'podcast' son gratuitos porque a las cadenas les sale rentable, ya que pueden ampliar la audiencia y eso repercute en la publicidad. «Es otro activo más, como la Televisión Digital Terrestre, que ha metido la radio en la pantalla y así se puede escuchar en todos los puntos de España desde el mando a distancia», recuerda Lorenzo Díaz, autor del libro 'La radio en España, 1923-1977' (Alianza Editorial).
Su obra es el retrato del siglo XX a través de las ondas. «La radio fue el primer electrodoméstico en entrar en casa y se le hizo un hueco que nunca ha perdido. Aquellos viejos transistores se limpiaban con el mismo cuidado con que se pasaba el trapo a la foto de los abuelos». Se ganó el cariño «y la credibilidad» de la gente porque fue esa ventana al exterior a la que se asomaron millones de ciudadanos. «La radio nos ha contado la historia de España. En los primeros años era un rollo, daban conferencias... pero con la República salió a la calle y en la Guerra Civil se utilizó por primera vez como un instrumento de propaganda. La radio sacó de los armarios a los políticos en la clandestinidad». Y también ha sido un gran entretenimiento, «sobre todo en el medio rural, donde la gente se reunía en las casas para escuchar las radionovelas o los discos dedicados de Juanito Valderrama y otros. La radio ha sido el espejo donde se ha mirado la clase media», recuerda Díaz.
Claro que enseguida llegó la tele. Nació en 1956, aunque hasta bien entrada la década de los sesenta no se extendió su uso en los hogares. Apuntaba una competidora más moderna y con más posibilidades. «A finales de los sesenta y durante los setenta, la tele fue ganando terreno pero nunca derrotó a su predecesora. Gente como Amestoy, Lazarov o Chicho Ibáñez Serrador hicieron un producto televisivo muy bueno, pero con la Transición la radio volvió a coger carrerilla, llegó la radio musical y los magacines y de nuevo se descubrió como un gran medio para entretener». Un medio de masas, porque mantiene veinticinco millones de adeptos. «Es la indiscutible dueña del 'prime time' de la mañana. La tarde y la noche ya es terreno para la pantalla», reconoce Lorenzo Díaz.
La magia de las ondas
La televisión ha experimentado un arreón importante con la tecnología digital -más canales, alta definición, tele en 3D...- pero la radio no le va a la zaga. Los programas se escuchan en cualquier soporte, se pueden descargar, la Red ofrece sinopsis de los espacios en sus webs y se cuelgan las fotos de los presentadores, que ahora, además de voz, tienen rostro. Hasta han metido webcams en los estudios radiofónicos para poder mostrar en imágenes -on line- lo que se escucha.
-¿No estamos yendo demasiado lejos?
-Uno de los encantos de la radio es la imaginación. Así que no hay que abusar de la cámara, sólo es buena en pequeñas dosis. Por ejemplo, cuando Morgan Freeman llegó a los estudios de la 'Ser' para presentar 'Invictus', sí tenía sentido, pero si la cámara se acomoda demasiado, pierde su sentido», apunta Elsa Moreno, profesora de Información Radiofónica en Navarra.
Modernizarse sí, pero sin pasarse, coincide Arantza Gutiérrez. «Grabar en vídeo los programas de radio rompe la magia, para eso ya está la televisión. El poder de la voz te da la posibilidad de guardar el anonimato, estamos hartos de ver a la gente desnudarse en la tele».
Porque mirar para adelante no quiere decir renunciar al camino andado hasta ahora. «La radio tiene que adaptarse a los nuevos tiempos pero podría recuperar cosas que funcionaban antes como las radionovelas. Hay emisoras por internet o audioblogs que sí incluyen novelas y tienen mucho éxito, pero las cadenas tradicionales no se atreven a desempolvar los dramáticos», lamenta Gutiérrez, que augura un gran futuro al medio. «Aunque algunos apocalípticos anuncian el fin de la radio, no va a desaparecer, va a ser siempre ese medio que te acompaña. En casa, en el coche...». Y en internet, porque también se ha hecho su hueco en las redes sociales, los foros donde hoy se comunica el planeta. «Las emisoras aprovechan Facebook o Twitter para acercarse al oyente, que está más presente que nunca», explican en Punto Radio. El internauta comenta el programa, envía el enlace a los amigos... El boca a boca de toda la vida.

Fuente: Marta Garrido - El Diario Montañés

Radio Municipal de Bailén emite por 1ª vez un programa de la Iglesia Evangélica

El 17 de Octubre de 2010 ocurrió algo histórico para la presencia de cristianos evangélicos en Bailén. Se emitió el primer programa de radio evangélico en la Radio Municipal de Bailén.

El programa se llama "La Buena Notícia". En este primer programa Jose Luís López, responsable de la Iglesia Evangélica Betania, explica lo que creemos los cristianos evangélicos.